sábado, 29 de mayo de 2010

La lección de anatomía del Dr. Tulp: vernáculo cubano contemporáneo

Por Mario Junquera


Necesitábamos indagar sobre la herencia teatral cubana sobre aquellas zonas que leídas o escuchadas por los viejos actores nos llenaban de emoción y suspicacia… ¿Qué teatro era aquel que devenido de la Comedia del arte o las zarzuelas españolas movilizaba a espectadores y les hacia divertirse, reflexionar e incidir sobre acontecimientos sociales y políticos de su tiempo con la irreverencia de un artista de la vanguardia? ¿Cómo hallar las raíces de un teatro moribundo fuera de lugar y tiempo? ¿Cómo descontaminar nuestros pensamientos y principios contemporáneos (puro snobismo post-moderno de cultura globalizada) para fijarnos en ese cadáver histórico y risible de nuestro teatro bufo?


La razón la ofreció el propio teatro vernáculo, la irreverencia y también el compromiso histórico y patriótico con nuestro legado cultural, social y político de nuestra Cuba de siempre.

Vernáculo es sinónimo de: domestico, patrio, regional; decidimos entonces encontrar nuestros personajes tipos: El corrupto, La chismosa, El inmoral, El pueblo, El Funcionario. Estos son nuestros nuevos Negritos, Mulatas y Gallegos.


Nuestro contexto sin dudas el Teatro inmerso en su guerra de siempre, extendida esta a toda la nación con la visión puesta en su enemigo de siempre con la permanencia de los gritos, las consignas, los eslogan, los miedos, la pobreza material, la lucha de poder, las mentiras, el esfuerzo, los sueños, la esperanza.

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